D’Face Awards 2018: Bethany Quisenberry (Educación)
“Los niños necesitan ver líderes que representen su cultura.”
Hija de dos maestros de la escuela Lehigh Elementary, Bethany Quisenberry siempre supo que seguiría los pasos de sus padres hacia la educación. Comenzó a enseñar a estudiantes de kínder, muchos de los cuales eran aprendices del idioma inglés, e incluso obtuvo una maestría de la Universidad Nova Southeastern en Enseñanza de Inglés a estudiantes de otro Idioma (TESOL), antes de obtener su doctorado.
Cuando Bethany comenzó a capacitar a otros maestros y asumió más roles de liderazgo, se dio cuenta del mayor impacto que podría tener en los niños y los instructores como administradora escolar, una carrera que ha desarrollado durante 10 años.
Las habilidades de Quisenberry fueron puestas a prueba en 2014, cuando se convirtió en la directora de la escuela primaria Franklin Park, ubicada en el corazón de la comunidad Dunbar, con el porcentaje más alto de pobreza y minorías en el distrito escolar del condado Lee.
En sus comienzos como directora, la escuela tuvo una calificación “F”, y un serio problema de asistencia. Hoy, Franklin Park es una escuela “C” con bajo índice de rotación y el vigésimo registro de asistencia más alto en el distrito.
¿Qué cambió? “Empezamos a enfocarnos en la mentalidad y la moral de los maestros y los niños”, dice Quisenberry. Con la ayuda del distrito escolar, contrató a un trabajador social a tiempo completo, una enfermera, un entrenador de comportamiento y un consejero para satisfacer las necesidades básicas de los niños, ya que muchos tenían problemas en el hogar.
“Franklin Park tiene 48 estudiantes sin hogar, lo que tiene un gran impacto en la vida escolar”, explica Bethany y agrega: “Tuve una gran cantidad de capacitación con los maestros sobre cómo pueden ayudar con sus modos de pensar y dar grandes expectativas”.
Quisenberry también se centró menos en los puntajes de las pruebas, y más en seguir a los estudiantes que se desempeñaron excepcionalmente por debajo del promedio, enviando un trabajador social a sus hogares para abordar problemas más profundos.
“Hemos podido demostrar que cuando los padres confían en los maestros y tienen una buena relación con ellos, realmente esto se convierte en una asociación entre el hogar y la escuela, lo que tiene un gran impacto, especialmente en las escuelas de alta pobreza”, explica Bethany.
Quisenberry, es miembro del Comité de Reclutamiento de Minorías del Distrito Escolar del condado Lee, que ayuda a traer maestros de diversos orígenes a las escuelas locales, con el fin de emplear personal con el que los estudiantes puedan identificarse.
“Hago lo que hago por los niños, y estoy orgullosa de ver el éxito de ellos y sus familias”, dice Quisenberry.